lunes, 14 de marzo de 2016

Competir y cooperar

hormiga


Vivimos en una sociedad donde la competitividad esta a la orden del día. La multitud nos empuja a luchar por ser el primero, ser el más rápido, ser el mejor…  hace que actuemos y trabajemos para ser el primero.
El primero, ¿de qué? Cada uno sabe en qué quiere ser el primero. Pero eso implica que todas las demás personas sean contrincantes, adversarios, rivales, oponentes… Y mirándolo así parecemos estar “yo contra el mundo”. Bufff!!! Se hace duro y cansado tener que pensar en esa sentencia.

Podemos perfilar y adentrarnos un poco más a la realidad, ni todos son rivales, ni todos somos tan egocéntricos. Así que voy a matizar un poco el ser competitivo.
Competir proviene del  latín: competĕre. Que significa “aspirar”, “ir al encuentro de…” “buscar o pretender algo al mismo tiempo que otro”. Así que me vienen a la cabeza algunas preguntas que te pueden ayudar a reflexionar:
  • ¿A qué aspiras?
  • ¿Para qué?
  • ¿Donde centras tú energía? ¿En la competencia o en ti?
  • ¿Qué puedes hacer, que sólo depende de ti, para aprovechar la oportunidad que te brinda aspirar a lo que tú quieres?
  • ¿Cuál es tu valor añadido?
Competir es importante para uno mismo si te ayuda a crecer a nivel personal. Marcamos nuestros objetivos y entramos en una competición interna con nosotros mismos, de esta manera la competitividad es más sana, más poderosa, y más motivadora. Es muy importante entender que siempre se centrará en uno mismo, lo que significará llenar un depósito personal de motivación para impulsar nuestro motor y conseguir nuestro objetivo.
¿Y cuando hay un equipo o grupo de personas? ¿Qué puede suceder?
Hay muchos trabajos donde la misma empresa crea competencia entre compañeras y compañeros, y entonces se crea una visión de rivalidad y egoísmo. Esas empresas que crean esta ley de competencia están perdiendo talento y energía de sus trabajadores. Y los trabajadores están enfocando su empuje en crear una competencia directa con sus compañeros y no en hacer sus tareas de la mejor manera posible.
También podemos ver como hay personas dentro de un mismo grupo que entran en comparaciones con otros compañeros y esa competencia entre uno y otra quema por dentro haciendo mella en sus habilidades, y deshaciendo la motivación afectando el rendimiento y el trabajo final de la empresa.
¿Un gran cambio? Reorientar toda esa fuerza en cooperación puede ser una vía.
En el libro “l’esport formatiu” de Joan Arumí escribe que cooperar significa que los objetivos de los individuos en una actividad están estrechamente vinculados, de manera que cada miembro del grupo solo podrá conseguir sus objetivos si, y solamente si, los otros consiguen los suyos.
Cooperar entonces tiene implícito la confianza, así  que primero hay que trabajar la confianza en el equipo o grupo.
La asertividad es otro ingrediente a tener en cuenta. Ser asertivo quiere decir tener unas habilidades sociales que te ayudan a expresarte con respeto y honestidad.
En la cooperación el logro o la meta siempre es cuestión de todos. De esta manera todos se sienten parte del proyecto, empresa, equipo…
A nivel de conclusión, el competir a nivel personal nos ayuda a crecer y a superarnos día a día, obteniendo siempre un poco más de nosotros mismos. Si trabajamos a nivel personal este competir y nuestra empresa, equipo o grupo facilita un entorno de cooperación podemos obtener unos resultados que nos beneficien.
Un entorno de cooperación, confianza, asertividad, escucha, y buen ambiente entre compañeras y compañeros multiplica exponencialmente el éxito. Favorece sinergias, innovación, compromiso y lealtad.
El equilibrio es la clave de todo.Y el coaching es una metodologia que te puede ayudar.
  • ¿Cómo puedes poner tu granito de arena?
  • ¿Quieres poner este granito de arena?
  • ¿Por dónde quieres empezar? Concreta.
¡Adelante, está en tus manos conseguirlo!
Cooperación

No hay comentarios:

Publicar un comentario